En septiembre de 2017 el nombre de Julieta Silva se convirtió en noticia después de que atropellara y matara a la salida de un boliche en San Rafael a quien entonces era su novio, Genaro Fortunato. Un año después la Justicia la condenó, más tarde le otorgó prisión domiciliaria, la mandó a la cárcel después y, finalmente, le permitió ir a su casa para cuidar de sus hijos, donde terminó de cumplir su pena. Ya en libertad, aquella pesadilla parece lejana, pero se volvió a hablar de ella. Silva rehizo su vida sentimental, se casó y lo festejó en un salón ubicado a solo 4 kilómetros del lugar en donde murió el joven rugbier hace cinco años.
En 2018, un tribunal condenó a Silva a 3 años y 9 meses por homicidio culposo agravado por conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo. Es decir, los jueces consideraron que no tuvo la intención de matar. Dos años después, en plena pandemia de coronavirus, recibió el beneficio de la libertad condicional con los dos tercios de su condena ya cumplida y se volvió a enamorar.
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Lucas Giménez fue el hombre elegido por Silva para contraer matrimonio. Las fotos de la fiesta y de su luna de miel en México fueron publicadas por ella misma a través de sus redes sociales. “Cuando una persona está realmente arrepentida, no se toma este trabajo de hacer tan pública su vida privada”, afirmó Graciela Linares, la mamá de Genaro, en diálogo con TN. Y remarcó: “Ella privó a mi hijo de tener una vida, nosotros seguimos sosteniendo que no fue un accidente”.
En ese sentido, la mujer señaló: “Cuando realmente cometés un accidente te desangrás por demostrarlo, pedís disculpas”. Sin embargo, subrayó, aunque Silva “tuvo mil oportunidades de hacerlo”, jamás se acercó a la familia ni les pidió perdón.
La ceremonia y una frase de mal gusto
El casamiento entre Silva y Giménez se llevó a cabo los primeros días de diciembre, al aire libre, en un salón llamado Anselmo que se encuentra ubicado a 5 minutos en auto del lugar en donde el 9 de septiembre de 2017 atropelló y mató a Fortunato, que entonces tenía 25 años.
La nueva vida de Julieta Silva tras cumplir su condena: se casó y se fue de vacaciones a México. (Foto: Facebook)
Por el lado de la novia estuvieron presentes sus dos hijos y algunos amigos y familiares. La otra parte de su familia tomó distancia de ella hace años, cuando se conoció lo que había ocurrido con su pareja de ese momento, Genaro Fortunato.
De parte de Giménez, asistieron sus padres y su círculo íntimo, pero, a último momento, hubo algunos allegados al flamante esposo de Silva que se quedaron afuera del festejo. El motivo, según indicó Diario Uno, fue una frase de mal gusto que le habrían hecho un rato antes de la ceremonia.
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Al parecer, en base a lo publicado por ese diario y otros medios locales, le dijeron a Giménez que fuera a la boda “en taxi por las dudas que no llegara”, en referencia a lo ocurrido con el exnovio de la mujer, quien murió tras ser atropellado por ella en medio de una pelea a la salida de un boliche.
“Pensé que había pisado un pozo”
La noche del 9 de septiembre de 2017, cuando ocurrieron los hechos, Julieta Silva y Genaro Fortunato llevaban cerca de cuatro meses de noviazgo. Ambos habían ido a bailar, pero en un momento de la noche, dentro del boliche La Mona, tuvieron una discusión.
La pelea siguió cuando salieron, en la calle bajo la lluvia, hasta que Silva se subió a su auto para irse y, de acuerdo al relato de los testigos, Genaro se acercó a la ventanilla para tratar de impedírselo. Fue entonces que ella aceleró y él se cayó al piso.
Más adelante Silva intentaría justificarse. Dijo que no veía bien porque no tenía puestos sus lentes y era de noche. También aseguró que no fue su intención atropellarlo y que pensó que era un pozo.
“Hice como 150 metros, o más. Pero me arrepentí de haberlo dejado, me quise volver, tenía en mi mochila su celular. Hice una ‘U’ y me volví. Cuando volví venía mirando para el costado izquierdo, donde estaba estacionado el auto”, relató Silva en los tribunales en San Rafael durante el juicio. Tal vez esa fue la única vez que se la vio llorar.
Y completó: “Sentí un movimiento con el auto y tuve sensación de que había pisado un pozo y seguí. El chico del estacionamiento, levanta mano y creí que me iba a cobrar. Me dijo: ‘lo atropellaste’ y no le creía. Le pregunté a quién y él me dijo al que estaba con vos. Me bajé y atrás estaba en la parte derecha. No entendía nada”.
Genaro tenía 25 años cuando murió atropellado. (Foto: gentileza Diario La Provincia).
“¿Por qué, Julieta? Genaro te quería…”
“Hubo una clara intención de matarlo”, dijo la madre de la víctima a TN, a cinco años de aquella madrugada trágica, y apuntó: “Lo arrastró tres metros y medio y después le reventó la cabeza, nunca frenó”.
A pesar de que los argumentos de Silva nunca la convencieron, Graciela se mantuvo sin pronunciarse públicamente durante todo un año. Recién habló, inesperadamente hasta para ella, en la última jornada del juicio que condenó a la expareja de su hijo.
“¿Por qué, Julieta?. Genaro te quería, tenía proyectos con vos y vos sabés de lo que te estoy hablando”, le preguntó en medio de una sala llena, y sin obtener respuesta siguió: “Tengo el derecho de poder preguntar por qué, de poder entender qué pasó, qué tanto mal hizo Genaro”. Pero Silva no dijo ni una palabra.
Las pericias psiquiátricas
Las pericias psicológicas a Silva fueron practicadas por el Cuerpo Médico Forense, con peritos de parte. “La evaluaron cinco profesionales y todos coincidieron en el informe, incluso el experto propuesto por la defensa estuvo de acuerdo”, subrayó Graciela. Las conclusiones, que fueron ventiladas en el debate, eran contundentes.
En ese momento, el representante del Ministerio Público señaló en referencia a los informes: “Los peritos de la querella dicen que (Silva) tiene una personalidad inmadura, escasa capacidad de autocrítica y empatía. Tiende a la exageración, a la búsqueda de atención y, según los test proyectivos gráficos surge: impulsividad, irritabilidad, tendencia a impulsos agresivos y hostiles, inestable en sus relaciones personales”.
Informes de las pericias psicológicas a Julieta Silva expuestos por el fiscal Fernando Guzzo durante su alegato en el juicio por la muerta de Genaro Fortunato (captura de video).
Y completó: “¿Cómo está Julieta Silva después de cuatro entrevistas clínico-forenses, cuatro baterías de test proyectivos y dos entrevistas psicodiagnósticas? Lúcida, en pleno uso de sus facultades mentales, juicio lógico conservado, puede discriminar entre acciones valiosas y disvaliosas. ¿Cuáles son sus características o rasgos de personalidad? Antisociales, histriónicos, funcionamiento egocéntrico y narcisista. Tendencia a reaccionar de acuerdo con sus propios códigos e intereses. Dificultad en el control de sus impulsos y pobres frenos inhibitorios, con hostilidad excesivamente controlada que facilita conductas agresivas. Y culminan en esta pericia que ella es peligrosa para sí y para terceros”.
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Para la mamá de Fortunato, el gesto de Silva en las últimas horas de hacer público a través de sus redes su casamiento, reafirma una vez más el dictamen de los peritos. “Es una persona con falta de empatía y sentimiento de culpa, las pericias fueron clarísimas”, indicó.
“Una sentencia cobarde”
El 3 de septiembre de 2018 Julieta Silva fue condenada a 3 años y 9 meses por homicidio culposo agravado por conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo. Además, le sumaron 8 años de inhabilitación para manejar. Quedó con prisión domiciliaria, igual a como había llegado al juicio.
En noviembre de 2019, el mismo tribunal que la había condenado, revocó la prisión domiciliaria y la enviaron al penal de San Rafael, donde solo estuvo presa hasta fines de marzo de 2020, cuando recibió el beneficio de la libertad condicional luego de completar los dos tercios de la condena.
La frase que eligió la mamá de Genaro Fortunato para su estado de WhatsApp.
“Fue muy cobarde la sentencia”, destacó la mamá de Genaro Fortunato, que por otro lado cuestionó también el beneficio que en su momento le dieron de cumplir prisión domiciliaria para cuidar a sus hijos. “Ellos no viven con ella, viven con el padre”, aseguró.
Para la familia del joven asesinado por Silva, “pasaron cinco años y es como si hubiera sido ayer”. “El tiempo no pasa, aprendés a convivir con el dolor”, expresó Graciela. Ya no cree en la Justicia. Tampoco espera las disculpas de Silva que hubiera querido escuchar cinco años atrás, ni le alcanza cualquier resarcimiento económico que le pudieran ofrecer. “El mejor premio para nosotros sería el regreso de Genaro, pero sabemos que eso es imposible”, concluyó.
Máximo Thomsen es el más “complicado” de los rugbiers acusados en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. La Justicia tiene elementos probatorios que lo posicionan como quién dio el golpe final que termino con la vida del joven a la salida de un boliche de Villa Gesell. Este lunes 6 de febrero será el veredicto.
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El acusado siempre vivió en la ciudad de Zárate junto a su familia. Debido a la situación judicial que atraviesa Máximo, su madre, Rosalía Zárate renunció al cargo de Secretaria de Obras Públicas en la ciudad de Zárate.
¿Quién es Máximo Thomsen?
Tiene 22 años y hasta antes que ocurriera el asesinato en la ciudad balnearia, Thomsen estudiaba Educación Física en la ciudad de Zárate.
El joven practicó rugby a lo largo de toda su infancia en el Arsenal Zárate. Pero en 2017 se unió al Club Atlético de San Isidro (CASI), que actualmente lo suspendió.
Desde el equipo aseguran que el joven nunca se “integró”. Según consignó Clarin, sus compañeros lo describen como alguien“bastante callado”.
Es señalado por la Justicia como el rugbier que le dio la patada mortal al adolescente asesinado a golpes, el 18 de enero de 2020, a la salida de un boliche de Villa Gesell.
Una de las pruebas que incriminan a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa.
Del mismo modo, un audio de WhatsApp entre amigos en común de los rugbiers expuso la actuación de Thomsen en el crimen. “Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató”, se escucha decir a un joven agendado en el grupo como Juani Neme.
Está imputado por “lesiones graves” causadas a seis amigos del joven asesinado.
Thomsen se negó a someterse a las pericias psicológicas y psiquiátricas solicitadas por la querella y la fiscalía. “Ya violaron muchas cosas privadas mías y no quiero que vuelva a pasar”, justificó.
La defensa de Máximo busca remarcar que, según la declaración testimonial de uno de los médicos forenses que realizó la autopsia de Fernando, no se pudo “determinar cuál de todos los golpes y lesiones que describí en dicha zona fue el que le ocasionó el deceso”. De esta forma busca evitar recibir una pena más alta que la del resto de sus amigos.
Thomsen rompió el silencio por primera vez en el juicio: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”.
Una mujer de 42 años y otra de 25 resultaron heridas de bala este domingo por la tarde en la zona sudoeste de la ciudad, en un nuevo hecho de violencia que se suma a los ya registrados durante las últimas horas en Rosario.
Según informaron fuentes policiales, las víctimas se encontraban en la zona de Doctor Riva al 3085, en donde la joven de 25 se preparaba para abrir su negocio. En esa misma cuadra, justo al lado, tiene su domicilio la otra mujer herida.
En ese momento, pasadas las 16 horas, dos masculinos que llegaron en moto efectuaron disparos que alcanzaron a ambas, según relató un hombre que posteriormente las trasladó en su auto hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
El personal del efector médico que las revisó constató que la mujer de 42 presentaba múltiples heridas de arma de fuego, mientras que la de 25 tenía un único orificio de bala en la axila izquierda.
Este nuevo hecho de violencia se suma a una saga de balaceras y ataques que, antes de que termine el domingo, dejaba un saldo de 3 muertos y varios heridos en la ciudad.
El hombre que desde hace seis meses llevaría un hostigamiento permanente contra Marta Quintana de 54, y que tuvo su punto de ebullición el viernes 3 cuando se produjo un incidente en avenida Belgrano y Malvinas Argentinas, donde amos trabajaban, deberá en la mañana de este lunes comparecer ante la fiscal de Investigaciones Rosana Soto.
El capataz lleva tres días preso, luego que fuera denunciado por Quintana y su hijo Claudio López. Las cámaras de seguridad ese día tomaron como Aguilar se acerca a la mujer, presuntamente para indicarle el trabajo que debe hacer, mientras Quintana está al lado de una carretilla: la empleada le arrojó un cono de señalización vial por la cabeza y luego se ve a López que interviene y lo saca a Aguilar del frente de su madre de un golpe de puño.
En la denuncia de la mujer consta que el jefe de ella le pidió en malos términos que volviera a hacer un trabajo y además, que le exige usar la pala cuando hay tareas que no puede cumplirlas porque es paciente en recuperación de cáncer de mama. En ese sentido, los constantes asedios sin respetar el cuadro de salud de la trabajadora, ha llevado en estos meses a una relación tirante.
Marta Quintana, asegura que es hostigada desde hace seis meses por parte de su jefe y radicó una denuncia.
Por eso, las cámaras captan cuando aparece el hijo de Quintana y agrede al capataz. El hostigamiento viene desde hace tiempo. Por otro lado, la víctima y otros empleados sabían que Aguilar llevaba una pistola en la riñonera, por eso en los videos registrados por testigos se puede oír que la mujer a gritos pide que se le saque el arma, algo que luego se comprobó con el arribo de los policías: tenía una pistola Bersa Thunder 380 y hoy tendrá que explicar qué hacía con una pistola en el trabajo y en la calle.
NORTE pudo saber de fuentes judiciales que el hombre tenía el permiso vencido y no cuenta con la habilitación para portación, por lo que fue el motivo principal que llevó a la fiscal a ordenar que permanezca detenido y citarlo para declaración de imputado. Por otro lado, también el Ministerio Público dispuso se entregue un botón de pánico para la víctima y para el hijo, dispositivo que le fue cedido el mismo viernes de manera inmediata.
EL REPUDIO Y LA PREOCUPACIÓN EN EL MUNCIPIO
El violento episodio que deberá dilucidarse que fue lo que pasó, obligó a las autoridades municipales a repudiarlo y garantizar la integridad de los trabajadores. Fue el subsecretario de Servicios, Luís Alonso, quien dejó en claro que el gobierno municipal impulsa una política de erradicación definitiva de todas las violencias en todos los ámbitos de la municipalidad.
‘Yo pensé que era una cuestión superada, que habíamos superado viejas prácticas a partir de la revalorización y jerarquización; a partir también de generar las mejores condiciones para todos los compañeros trabajadores y en muchos casos dando la oportunidad de que cada uno elija el lugar donde quería desempeñar su tarea con el fin de aportar a una armonía que termine significando una mejor prestación de los servicios‘, reconoció.