Verónica González fue condenada a perpetua por el crimen de su marido Carlos Bustamante, ocurrido en la casa donde en 2011 fue hallado asesinado su hijo Gastón Bustamante en Miramar
A Gastón Bustamante (12) lo mataron en la habitación de su casa de Miramar el 21 de noviembre de 2011. A Carlos Bustamante, el padre de Gastón, también lo atacaron en su cuarto, en esa misma propiedad de la calle 27, entre 47 y 48, pero siete años después del crimen de su hijo, que sigue impune. 1.370 días después del homicidio del hombre de 66 años, un tribunal marplatense condenó a su esposa, y mamá de Gastón, a prisión perpetua, mientras sobrevuela la sombra de una presunta responsabilidad de la mujer en el asesinato del chico.
Verónica González (54) fue condenada este lunes por el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata como autora del delito de “homicidio agravado por el vínculo y por alevosía” de Carlos Bustamante.
La decisión de los jueces Alfredo Deleonardis, Gustavo Fissore y Fabián Riquert llegó luego de un juicio que se desarrolló en cuatro jornadas en el quinto piso de los tribunales marplatenses y donde la fiscal de Miramar Ana María Caro y la familia de Bustamante pidieron para González prisión perpetua, mientras que la defensa de la mujer solicitó que el hecho sea encuadrado como “homicidio bajo circunstancias extraordinarias de atenuación”, y solicitó la pena mínima prevista para esa figura.
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Con la derecha de los jueces para la acusación de la fiscal Caro, quedó acreditado que González mató a golpes a Bustamante en la misma vivienda en la que en noviembre de 2011 había sido asesinado Gastón, el único hijo del matrimonio, en un hecho que nunca se esclareció y es investigado en otro expediente.
Otros tiempos: la condenada y la víctima
Ese 22 de marzo de 2019, la acusada atacó a su esposo “en la habitación” de la casa que compartían mientras Carlos dormía. Ante la agresión, el hombre intentó llegar al comedor, donde ocurrió el segundo ataque y en el que recibió “las heridas de mayor gravedad”, según se desprendió del juicio.
Con hematomas múltiples y una fractura de cráneo, Bustamante fue internado de urgencia en el Hospital Municipal de Miramar, y luego trasladado por la gravedad del cuadro al Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, donde falleció al día siguiente.
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En la casa donde ocurrió el ataque, y donde en 2011 habían matado a Gastón, había sangre por todos lados y también en las prendas que vestía González. Luego se conocería que la mujer trató de borrar rastros. Para la fiscal Caro, tras el arribo de una ambulancia al domicilio para asistir a su marido, ella “no intentó socorrerlo” y se comportó “de una manera desafectiva” hacia él, mientras yacía herido y ensangrentado en el comedor.
Gastón Bustamante fue asesinado en 2011, su crimen
Lo cierto es que desde el minuto uno González quiso instalar la versión de que el día del ataque a Carlos ella no estaba en el lugar, sino que había llegado a su casa y se había encontrado a su esposo lastimado en el interior la vivienda.
Algo similar con lo que pasó cuando Gastón, su hijo, fue asesinado en 2011: el chico, que el día anterior había cumplido años, fue golpeado, estrangulado y asfixiado mientras su madre estaba en un vivero y justamente en un horario en que no debería haber estado en su casa sino en el colegio. Por la ferocidad del ataque, los investigadores siempre creyeron que el asesino del nene era parte del círculo íntimo de la víctima.
Lo cierto es que las miradas se volvieron a posar en González como sospechosa del asesinato de su hijo luego del crimen de Carlos, dejando atrás la teoría de que podría haber sido el cuñado del nene el autor del homicidio.
Tras la condenada, el momento en que se llevan esposada a Verónica González
Incluso, Julián Ezequiel Ramón, el novio de Rocío Bustamante, la hermana de Gastón, fue imputado por el asesinato de su cuñado bajo la hipótesis de que lo descubrió robando dinero que estaba escondido en la TV de la casa. ¿La clave del caso? La famosa huella dactilar del sospechoso en la TV que nunca le valió a la Justicia para llevar el caso a juicio.
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Máximo Thomsen es el más “complicado” de los rugbiers acusados en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. La Justicia tiene elementos probatorios que lo posicionan como quién dio el golpe final que termino con la vida del joven a la salida de un boliche de Villa Gesell. Este lunes 6 de febrero será el veredicto.
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El acusado siempre vivió en la ciudad de Zárate junto a su familia. Debido a la situación judicial que atraviesa Máximo, su madre, Rosalía Zárate renunció al cargo de Secretaria de Obras Públicas en la ciudad de Zárate.
¿Quién es Máximo Thomsen?
Tiene 22 años y hasta antes que ocurriera el asesinato en la ciudad balnearia, Thomsen estudiaba Educación Física en la ciudad de Zárate.
El joven practicó rugby a lo largo de toda su infancia en el Arsenal Zárate. Pero en 2017 se unió al Club Atlético de San Isidro (CASI), que actualmente lo suspendió.
Desde el equipo aseguran que el joven nunca se “integró”. Según consignó Clarin, sus compañeros lo describen como alguien“bastante callado”.
Es señalado por la Justicia como el rugbier que le dio la patada mortal al adolescente asesinado a golpes, el 18 de enero de 2020, a la salida de un boliche de Villa Gesell.
Una de las pruebas que incriminan a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa.
Del mismo modo, un audio de WhatsApp entre amigos en común de los rugbiers expuso la actuación de Thomsen en el crimen. “Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató”, se escucha decir a un joven agendado en el grupo como Juani Neme.
Está imputado por “lesiones graves” causadas a seis amigos del joven asesinado.
Thomsen se negó a someterse a las pericias psicológicas y psiquiátricas solicitadas por la querella y la fiscalía. “Ya violaron muchas cosas privadas mías y no quiero que vuelva a pasar”, justificó.
La defensa de Máximo busca remarcar que, según la declaración testimonial de uno de los médicos forenses que realizó la autopsia de Fernando, no se pudo “determinar cuál de todos los golpes y lesiones que describí en dicha zona fue el que le ocasionó el deceso”. De esta forma busca evitar recibir una pena más alta que la del resto de sus amigos.
Thomsen rompió el silencio por primera vez en el juicio: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”.
Una mujer de 42 años y otra de 25 resultaron heridas de bala este domingo por la tarde en la zona sudoeste de la ciudad, en un nuevo hecho de violencia que se suma a los ya registrados durante las últimas horas en Rosario.
Según informaron fuentes policiales, las víctimas se encontraban en la zona de Doctor Riva al 3085, en donde la joven de 25 se preparaba para abrir su negocio. En esa misma cuadra, justo al lado, tiene su domicilio la otra mujer herida.
En ese momento, pasadas las 16 horas, dos masculinos que llegaron en moto efectuaron disparos que alcanzaron a ambas, según relató un hombre que posteriormente las trasladó en su auto hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
El personal del efector médico que las revisó constató que la mujer de 42 presentaba múltiples heridas de arma de fuego, mientras que la de 25 tenía un único orificio de bala en la axila izquierda.
Este nuevo hecho de violencia se suma a una saga de balaceras y ataques que, antes de que termine el domingo, dejaba un saldo de 3 muertos y varios heridos en la ciudad.
El hombre que desde hace seis meses llevaría un hostigamiento permanente contra Marta Quintana de 54, y que tuvo su punto de ebullición el viernes 3 cuando se produjo un incidente en avenida Belgrano y Malvinas Argentinas, donde amos trabajaban, deberá en la mañana de este lunes comparecer ante la fiscal de Investigaciones Rosana Soto.
El capataz lleva tres días preso, luego que fuera denunciado por Quintana y su hijo Claudio López. Las cámaras de seguridad ese día tomaron como Aguilar se acerca a la mujer, presuntamente para indicarle el trabajo que debe hacer, mientras Quintana está al lado de una carretilla: la empleada le arrojó un cono de señalización vial por la cabeza y luego se ve a López que interviene y lo saca a Aguilar del frente de su madre de un golpe de puño.
En la denuncia de la mujer consta que el jefe de ella le pidió en malos términos que volviera a hacer un trabajo y además, que le exige usar la pala cuando hay tareas que no puede cumplirlas porque es paciente en recuperación de cáncer de mama. En ese sentido, los constantes asedios sin respetar el cuadro de salud de la trabajadora, ha llevado en estos meses a una relación tirante.
Marta Quintana, asegura que es hostigada desde hace seis meses por parte de su jefe y radicó una denuncia.
Por eso, las cámaras captan cuando aparece el hijo de Quintana y agrede al capataz. El hostigamiento viene desde hace tiempo. Por otro lado, la víctima y otros empleados sabían que Aguilar llevaba una pistola en la riñonera, por eso en los videos registrados por testigos se puede oír que la mujer a gritos pide que se le saque el arma, algo que luego se comprobó con el arribo de los policías: tenía una pistola Bersa Thunder 380 y hoy tendrá que explicar qué hacía con una pistola en el trabajo y en la calle.
NORTE pudo saber de fuentes judiciales que el hombre tenía el permiso vencido y no cuenta con la habilitación para portación, por lo que fue el motivo principal que llevó a la fiscal a ordenar que permanezca detenido y citarlo para declaración de imputado. Por otro lado, también el Ministerio Público dispuso se entregue un botón de pánico para la víctima y para el hijo, dispositivo que le fue cedido el mismo viernes de manera inmediata.
EL REPUDIO Y LA PREOCUPACIÓN EN EL MUNCIPIO
El violento episodio que deberá dilucidarse que fue lo que pasó, obligó a las autoridades municipales a repudiarlo y garantizar la integridad de los trabajadores. Fue el subsecretario de Servicios, Luís Alonso, quien dejó en claro que el gobierno municipal impulsa una política de erradicación definitiva de todas las violencias en todos los ámbitos de la municipalidad.
‘Yo pensé que era una cuestión superada, que habíamos superado viejas prácticas a partir de la revalorización y jerarquización; a partir también de generar las mejores condiciones para todos los compañeros trabajadores y en muchos casos dando la oportunidad de que cada uno elija el lugar donde quería desempeñar su tarea con el fin de aportar a una armonía que termine significando una mejor prestación de los servicios‘, reconoció.