Un tribunal oral de La Matanza ordenó la “inmediata detención” de los cinco policías que habían sido condenados hace seis años a prisión perpetua, pero que permanecían en libertad porque el fallo aún no está firme, por las torturas seguidas de muerte de Gastón Duffau, tras ser detenido en un local de Mc Donald’s de la localidad bonaerense de Ramos Mejía en 2008.
“Cuando me enteré de la resolución sentí como que me saqué una mochila gigante”, dijo a TN Mariano Duffau, hermano de la víctima. Y añadió: “Después de 14 años larguísimos de lucha fue como cerrar una etapa, dejarlo a Gastón descansar”.
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Fueron seis los policías que estuvieron involucrados en el salvaje crimen de Duffau, que entonces tenía 34 años. Sin embargo, solo cinco llegarían finalmente a cumplir su condena en la cárcel. El oficial David Mansilla había pedido ampliar su declaración ante la Justicia poco después del hecho, pero apareció ahorcado en su celda un día antes de la audiencia prevista. En tanto, Natalio De Nardis y Leonardo Brandánpermanecen prófugos desde 2019.
Por: TN.com.ar
“Lo mataron a Gastón”
El 22 de febrero de 2008 Gastón Duffau fue a un local de comidas rápidas ubicado sobre la avenida Rivadavia en Ramos Mejía y dos horas después llegó muerto a un hospital. Su hermano, Mariano, a esa misma hora estaba en un asado con amigos y se enteró recién al día siguiente, cuando lo llamó una tía para darle la noticia. “Me quedé congelado en ese momento”, contó y todavía se le quiebra la voz al recordarlo. En ese instante también empezó un largo camino en busca de justicia, a lo largo del cual debió sortear todo tipo de obstáculos.
Las hipótesis oficiales de lo ocurrido fueron cuatro, todas dudosas y contradictorias entre sí. Una versión involucraba a la víctima en un intento de asalto al local. Una segunda teoría presentaba a Gastón como un indigente que había irrumpido en el lugar para pedir comida. También se dijo que estaba totalmente desnudo y tenía delirios místicos y hasta se llegó a barajar la posibilidad de que hubiera muerto como consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido una semana antes.
Lo cierto, y así lo acreditó el fallo de Casación, fue que Gastón murió en el lapso de tiempo que pasó entre que la Policía se lo llevó detenido y el momento en el que llegó al hospital. Estaba desnudo y con dos pares de esposas en las manos. Su cuerpo presentaba más de 90 golpes y lo habían asfixiado.
“¿Era Superman mi hermano?”
“Mi hermano esa noche no se sentía bien”, reconstruyó Mariano sobre las últimas horas de Gastón, que más temprano había ido a visitar a sus tíos a su casa de Ramos Mejía. No tenía lesiones a la vista ni ninguna actitud extraña que llamara la atención de sus familiares. Un rato más tarde, se fue caminando hasta el local de comidas rápidas y de un momento para otro la tragedia se precipitó.
Gastón y Mariano, los hermanos Duffau. (Foto: Facebook).
“Tuvo un delirio místico, se creyó el hijo de Jesús y le empezó a hablar a los comensales”, apuntó Mariano. Un empleado del negocio se asustó y llamó a la comisaría. Lo que ocurrió después fue todavía más incomprensible que el inesperado trastorno que sufrió su hermano.
El joven trabajaba de auditor contable, jugaba al tenis y al ajedrez. También había sido papá hacía poco y estaba atravesando un divorcio. “Dijeron un montón de barbaridades de él”, lamentó su hermano. Acaso la barbaridad más grande fue el resultado de la primera autopsia que se le realizó al cuerpo, sin testigos, que concluyó que Gastón Duffau había muerto por las secuelas de un supuesto accidente automovilístico que había tenido la semana anterior.
“Tenía cinco costillas rotas, el hígado explotado y todo el costado de la cara violeta por los golpes”, siguió el hermano de Gastón, que además fue el encargado de reconocer su cuerpo. “¿Con todas esas lesiones él rompió un juego de esposas y se peleó con 6 policías?”, ironizó entonces, y remató con ironía: “Era Superman Gastón”.
Dos juicios sin condena
En 2009 se llevó a cabo el primer juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal N°5. El informe de los forenses había sido contundente: los peritos Alfredo Romero, Adrián Rodríguez Paquete y Virginia Krimer confirmaron que Gastón no murió en un accidente de tránsito. No obstante, los cinco acusados fueron absueltos debido a que “no se pudo acreditar que le aplicaran golpes a la víctima”.
De esta manera, acusando al fiscal de prejuicioso y de haber armado la causa en su contra, los policías se fueron de los tribunales ovacionados por sus familiares, sonrientes y saludando frente a las cámaras como estrellas de un grupo de rock.
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Pero el fallo fue apelado y anulado por Casación, al calificar como “errónea” la valoración de la prueba y un segundo juicio se llevó a cabo en 2013. Los fiscales Ariel Panzoni y Daniel Dabué solicitaron que los cinco policías fueran condenados a prisión perpetua, mientras que las defensas pidieron la absolución por falta de pruebas. El 21 de mayo de ese mismo año, los jueces del TOC 4 volvieron a absolver a los policías.
Los policías acusados de matar a Gastón Duffau, tras la absolución en el primer juicio por el caso.
La tercera es la vencida
En julio de 2016, después de que la Justicia los absolviera en dos juicios orales por las “torturas seguidas de muerte” sufridas por el joven Gastón Duffau, los jueces de la Sala Sexta de la Cámara de Casación bonaerense resolvieron condenar a los cinco policías a la pena de prisión perpetua.
Al revertir el segundo fallo absolutorio de mayo de 2013, los camaristas argumentaron que hay “evidencias numerosas y concurrentes de que la integridad personal de Gastón Duffau fue vulnerada y de que fue víctima de torturas físicas por parte de agentes del Estado” que integraban la Policía Bonaerense “antes de sufrir la muerte por un mecanismo de asfixia mixta”, mediante la compresión simultánea de cuello y tórax.
Además, recordaron que los peritos que intervinieron en el juicio oral señalaron “con razonabilidad” que la víctima había sufrido “trauma facturario costal y compresión de cuello con fractura de apófisis”, que las mismas “fueron infligidas durante el lapso que duró el traslado” al hospital y que “determinaron su fallecimiento”.
Por todo esto, decidieron condenar a la pena máxima a Mauro Ponti, Luis Alberto Acuña y Rubén Darío Steingruber por “tortura seguido de muerte”, y a Natalio De Nardis y Leonardo Brandán como “partícipes necesarios” del mismo delito. Para los cinco dictaron también la “inhabilitación absoluta y perpetua” para ejercer cargos en la fuerza.
“Un muerto, un suicidado y dos prófugos”
En el caso de De Nardis la condena quedó firme en mayo de 2019, perocuando fueron a detenerlo no lo encontraron. Algo similar ocurrió con Brandán. “Son los únicos que no pudieron agarrar”, apuntó a TN Mariano Duffau. Después de 14 largos años, resumió la causa por el crimen de su hermano en tres simples ítems: “Un muerto, un suicidado y dos prófugos”. Cabe recordar: la muerte del oficial Mansilla, quien al inicio de la investigación apareció ahorcado en la cárcel.
Días atrás, el crimen, que parecía condenado a la impunidad, se reactivó después de seis años y un tribunal oral de La Matanza ordenó la “inmediata detención” de los policías que fueron condenados en 2016.
“Al margen que el fallo condenatorio no se encuentra firme y los nombrados gozan del principio de inocencia, cierto es que se verifica peligro procesal, esto es, la imposición de la sanción penal más grave del ordenamiento y a consecuencia de uno de los delitos también más graves de nuestro sistema penal”, consideró el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, integrado por los jueces Matías Jorge Rouco, Andrea Giselle Schiebeler y Nicolás Grappasonno.
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El tribunal concluyó en su resolución que, “de no disponerse su inmediata detención”, dado la condena -que incluyó la inhabilitación perpetua- “podría probablemente verse frustrado” el cumplimiento de la pena.
Para el TOC, se debe “asegurar el cumplimiento de la eventual respuesta punitiva y dar una respuesta en plena sintonía con las condiciones objetivas del acontecimiento juzgado, en el cual no puede perderse de vista que perdió la vida una persona”.
Mariano Duffau se tatuó el nombre de su hermano en el brazo. (Foto: gentileza Mariano Duffau).
En nombre del hermano
“Fueron 14 años de lucha, psicológicamente nos afectó a todos”, subrayó Mariano, que hace tiempo se fue del país por “las amenazas que recibía por parte de la policía”. “Me fui asustado”, dijo el joven, y apuntó: “Cerré mi departamento, metí todo lo que tenía en una mochila y me fui a dedo”.
“Se terminó una etapa y pudimos terminar de enterrar a mi hermano”, indicó a la distancia, ahora el hombre que le puso el cuerpo a la causa y que lleva a su hermano literalmente grabado en la piel. “En honor a mi hermano, a partir de hoy voy a vivir feliz”, resaltó.
En sus redes sociales, también reflejó su emoción. “El hombre que está en paz no quiere guerra con nadie”, concluyó.
Máximo Thomsen es el más “complicado” de los rugbiers acusados en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. La Justicia tiene elementos probatorios que lo posicionan como quién dio el golpe final que termino con la vida del joven a la salida de un boliche de Villa Gesell. Este lunes 6 de febrero será el veredicto.
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El acusado siempre vivió en la ciudad de Zárate junto a su familia. Debido a la situación judicial que atraviesa Máximo, su madre, Rosalía Zárate renunció al cargo de Secretaria de Obras Públicas en la ciudad de Zárate.
¿Quién es Máximo Thomsen?
Tiene 22 años y hasta antes que ocurriera el asesinato en la ciudad balnearia, Thomsen estudiaba Educación Física en la ciudad de Zárate.
El joven practicó rugby a lo largo de toda su infancia en el Arsenal Zárate. Pero en 2017 se unió al Club Atlético de San Isidro (CASI), que actualmente lo suspendió.
Desde el equipo aseguran que el joven nunca se “integró”. Según consignó Clarin, sus compañeros lo describen como alguien“bastante callado”.
Es señalado por la Justicia como el rugbier que le dio la patada mortal al adolescente asesinado a golpes, el 18 de enero de 2020, a la salida de un boliche de Villa Gesell.
Una de las pruebas que incriminan a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa.
Del mismo modo, un audio de WhatsApp entre amigos en común de los rugbiers expuso la actuación de Thomsen en el crimen. “Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató”, se escucha decir a un joven agendado en el grupo como Juani Neme.
Está imputado por “lesiones graves” causadas a seis amigos del joven asesinado.
Thomsen se negó a someterse a las pericias psicológicas y psiquiátricas solicitadas por la querella y la fiscalía. “Ya violaron muchas cosas privadas mías y no quiero que vuelva a pasar”, justificó.
La defensa de Máximo busca remarcar que, según la declaración testimonial de uno de los médicos forenses que realizó la autopsia de Fernando, no se pudo “determinar cuál de todos los golpes y lesiones que describí en dicha zona fue el que le ocasionó el deceso”. De esta forma busca evitar recibir una pena más alta que la del resto de sus amigos.
Thomsen rompió el silencio por primera vez en el juicio: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”.
Una mujer de 42 años y otra de 25 resultaron heridas de bala este domingo por la tarde en la zona sudoeste de la ciudad, en un nuevo hecho de violencia que se suma a los ya registrados durante las últimas horas en Rosario.
Según informaron fuentes policiales, las víctimas se encontraban en la zona de Doctor Riva al 3085, en donde la joven de 25 se preparaba para abrir su negocio. En esa misma cuadra, justo al lado, tiene su domicilio la otra mujer herida.
En ese momento, pasadas las 16 horas, dos masculinos que llegaron en moto efectuaron disparos que alcanzaron a ambas, según relató un hombre que posteriormente las trasladó en su auto hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
El personal del efector médico que las revisó constató que la mujer de 42 presentaba múltiples heridas de arma de fuego, mientras que la de 25 tenía un único orificio de bala en la axila izquierda.
Este nuevo hecho de violencia se suma a una saga de balaceras y ataques que, antes de que termine el domingo, dejaba un saldo de 3 muertos y varios heridos en la ciudad.
El hombre que desde hace seis meses llevaría un hostigamiento permanente contra Marta Quintana de 54, y que tuvo su punto de ebullición el viernes 3 cuando se produjo un incidente en avenida Belgrano y Malvinas Argentinas, donde amos trabajaban, deberá en la mañana de este lunes comparecer ante la fiscal de Investigaciones Rosana Soto.
El capataz lleva tres días preso, luego que fuera denunciado por Quintana y su hijo Claudio López. Las cámaras de seguridad ese día tomaron como Aguilar se acerca a la mujer, presuntamente para indicarle el trabajo que debe hacer, mientras Quintana está al lado de una carretilla: la empleada le arrojó un cono de señalización vial por la cabeza y luego se ve a López que interviene y lo saca a Aguilar del frente de su madre de un golpe de puño.
En la denuncia de la mujer consta que el jefe de ella le pidió en malos términos que volviera a hacer un trabajo y además, que le exige usar la pala cuando hay tareas que no puede cumplirlas porque es paciente en recuperación de cáncer de mama. En ese sentido, los constantes asedios sin respetar el cuadro de salud de la trabajadora, ha llevado en estos meses a una relación tirante.
Marta Quintana, asegura que es hostigada desde hace seis meses por parte de su jefe y radicó una denuncia.
Por eso, las cámaras captan cuando aparece el hijo de Quintana y agrede al capataz. El hostigamiento viene desde hace tiempo. Por otro lado, la víctima y otros empleados sabían que Aguilar llevaba una pistola en la riñonera, por eso en los videos registrados por testigos se puede oír que la mujer a gritos pide que se le saque el arma, algo que luego se comprobó con el arribo de los policías: tenía una pistola Bersa Thunder 380 y hoy tendrá que explicar qué hacía con una pistola en el trabajo y en la calle.
NORTE pudo saber de fuentes judiciales que el hombre tenía el permiso vencido y no cuenta con la habilitación para portación, por lo que fue el motivo principal que llevó a la fiscal a ordenar que permanezca detenido y citarlo para declaración de imputado. Por otro lado, también el Ministerio Público dispuso se entregue un botón de pánico para la víctima y para el hijo, dispositivo que le fue cedido el mismo viernes de manera inmediata.
EL REPUDIO Y LA PREOCUPACIÓN EN EL MUNCIPIO
El violento episodio que deberá dilucidarse que fue lo que pasó, obligó a las autoridades municipales a repudiarlo y garantizar la integridad de los trabajadores. Fue el subsecretario de Servicios, Luís Alonso, quien dejó en claro que el gobierno municipal impulsa una política de erradicación definitiva de todas las violencias en todos los ámbitos de la municipalidad.
‘Yo pensé que era una cuestión superada, que habíamos superado viejas prácticas a partir de la revalorización y jerarquización; a partir también de generar las mejores condiciones para todos los compañeros trabajadores y en muchos casos dando la oportunidad de que cada uno elija el lugar donde quería desempeñar su tarea con el fin de aportar a una armonía que termine significando una mejor prestación de los servicios‘, reconoció.