El miércoles por la mañana Jorge Rojas, un marino de 23 años, se dirigió hasta una comisaría de Bahía Blanca y realizó una macabra declaración: le dijo a los policías que había asesinado y descartado el cuerpo de su novia, Agustina Herrera, una soldado de la Armada que llevaba cinco días desaparecida.
El joven quedó aprehendido y el cuerpo fue encontrado envuelto en una bolsa de dormir, en un arroyo ubicado en la zona que había señalado Rojas. Sin embargo, su testimonio no tenía validez legal hasta que declarara en una fiscalía.
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Este viernes tuvo la oportunidad de hacerlo ante el fiscal de la causa, Rodolfo De Lucía, pero no lo hizo. Rojas se negó a declarar, no ratificó su testimonio y el fiscal pidió inmediatamente la prisión preventiva.
El supuesto asesino quedó imputado por el delito homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. Ahora, el juez de Garantías deberá decidir cómo continúa su situación legal.
Mientras tanto, el marino que cumplía funciones en la Base Aeronaval Comandante Espora de Bahía Blanca continuará detenido hasta que se resuelva su situación judicial.
Por: TN.com.ar
Cómo fue el crimen de Agustina Herrera
Según indicaron los medios locales, la joven había nacido en Mendoza, donde sigue viviendo su familia, y su novio en Chaco. El trabajo los llevó con el tiempo a la ciudad bahiense, donde se conocieron e iniciaron una relación, y desde hacía un tiempo convivían en una casa ubicada en la calle Garibaldi al 400 del barrio de Villa Mitre.
La víctima y el femicida habían estado juntos horas antes de la desaparición de la mujer. De hecho, la pareja se había reunido con amigos para ver el partido que la Selección Argentina le ganó 2 a 0 a México en el Mundial de Qatar 2022. Después, ella tenía que ir a la Base.
Sus compañeros, ante el silencio de Rojas, presentaron la denuncia por averiguación de paradero. En el centro de las sospechas, el novio de Agustina tardó tres días en quebrarse y luego dio su versión de lo que pasó.
Según las primeras informaciones, Rojas se presentó en la sede de la comisaría 4°, se autoincriminó y confesó que “tras una discusión, mató a su novia para luego colocarla en una bolsa de dormir y posteriormente tirarla en un sector del arroyo Napostá”.
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El resultado de la autopsia reveló que Agustina murió por estrangulamiento. De acuerdo con lo que reveló el Ministerio Público Fiscal, su fallecimiento se produjo por una “compresión externa de la laringe, lo que produjo interrupción en la ventilación con insuficiencia respiratoria”. Además, tenía moretones en el cuello, en el cráneo y en el rostro.
“Estamos destrozados, consternados, pero sinceramente sabíamos muy poco. A fines de julio ella vino a Guaymallén junto a Rojas y lo presentó como amigo. La sensación que daba era de una persona sumisa, no daba la sensación de que fuera posteriormente el asesino de mi sobrina”, dijo a La Brújula 24 Lorena, tía de la víctima, tras el hallazgo del cuerpo.
Aunque resaltó: “Ella le comentó a sus primas que estaba saliendo con esta persona. Se trataba de una chica muy extrovertida y a este hombre no le gustaba ese rasgo de su personalidad, como todo psicópata, un hombre tóxico. No sabíamos que compartían departamento y que iban a pasar los fines de semana juntos. Creíamos que vivía en la Base”.
Máximo Thomsen es el más “complicado” de los rugbiers acusados en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. La Justicia tiene elementos probatorios que lo posicionan como quién dio el golpe final que termino con la vida del joven a la salida de un boliche de Villa Gesell. Este lunes 6 de febrero será el veredicto.
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El acusado siempre vivió en la ciudad de Zárate junto a su familia. Debido a la situación judicial que atraviesa Máximo, su madre, Rosalía Zárate renunció al cargo de Secretaria de Obras Públicas en la ciudad de Zárate.
¿Quién es Máximo Thomsen?
Tiene 22 años y hasta antes que ocurriera el asesinato en la ciudad balnearia, Thomsen estudiaba Educación Física en la ciudad de Zárate.
El joven practicó rugby a lo largo de toda su infancia en el Arsenal Zárate. Pero en 2017 se unió al Club Atlético de San Isidro (CASI), que actualmente lo suspendió.
Desde el equipo aseguran que el joven nunca se “integró”. Según consignó Clarin, sus compañeros lo describen como alguien“bastante callado”.
Es señalado por la Justicia como el rugbier que le dio la patada mortal al adolescente asesinado a golpes, el 18 de enero de 2020, a la salida de un boliche de Villa Gesell.
Una de las pruebas que incriminan a Thomsen es una zapatilla de lona negra manchada con la sangre de la víctima que le pertenecía. La encontraron en la casa que los rugbiers habían alquilado en la costa.
Del mismo modo, un audio de WhatsApp entre amigos en común de los rugbiers expuso la actuación de Thomsen en el crimen. “Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató”, se escucha decir a un joven agendado en el grupo como Juani Neme.
Está imputado por “lesiones graves” causadas a seis amigos del joven asesinado.
Thomsen se negó a someterse a las pericias psicológicas y psiquiátricas solicitadas por la querella y la fiscalía. “Ya violaron muchas cosas privadas mías y no quiero que vuelva a pasar”, justificó.
La defensa de Máximo busca remarcar que, según la declaración testimonial de uno de los médicos forenses que realizó la autopsia de Fernando, no se pudo “determinar cuál de todos los golpes y lesiones que describí en dicha zona fue el que le ocasionó el deceso”. De esta forma busca evitar recibir una pena más alta que la del resto de sus amigos.
Thomsen rompió el silencio por primera vez en el juicio: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”.
Una mujer de 42 años y otra de 25 resultaron heridas de bala este domingo por la tarde en la zona sudoeste de la ciudad, en un nuevo hecho de violencia que se suma a los ya registrados durante las últimas horas en Rosario.
Según informaron fuentes policiales, las víctimas se encontraban en la zona de Doctor Riva al 3085, en donde la joven de 25 se preparaba para abrir su negocio. En esa misma cuadra, justo al lado, tiene su domicilio la otra mujer herida.
En ese momento, pasadas las 16 horas, dos masculinos que llegaron en moto efectuaron disparos que alcanzaron a ambas, según relató un hombre que posteriormente las trasladó en su auto hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
El personal del efector médico que las revisó constató que la mujer de 42 presentaba múltiples heridas de arma de fuego, mientras que la de 25 tenía un único orificio de bala en la axila izquierda.
Este nuevo hecho de violencia se suma a una saga de balaceras y ataques que, antes de que termine el domingo, dejaba un saldo de 3 muertos y varios heridos en la ciudad.
El hombre que desde hace seis meses llevaría un hostigamiento permanente contra Marta Quintana de 54, y que tuvo su punto de ebullición el viernes 3 cuando se produjo un incidente en avenida Belgrano y Malvinas Argentinas, donde amos trabajaban, deberá en la mañana de este lunes comparecer ante la fiscal de Investigaciones Rosana Soto.
El capataz lleva tres días preso, luego que fuera denunciado por Quintana y su hijo Claudio López. Las cámaras de seguridad ese día tomaron como Aguilar se acerca a la mujer, presuntamente para indicarle el trabajo que debe hacer, mientras Quintana está al lado de una carretilla: la empleada le arrojó un cono de señalización vial por la cabeza y luego se ve a López que interviene y lo saca a Aguilar del frente de su madre de un golpe de puño.
En la denuncia de la mujer consta que el jefe de ella le pidió en malos términos que volviera a hacer un trabajo y además, que le exige usar la pala cuando hay tareas que no puede cumplirlas porque es paciente en recuperación de cáncer de mama. En ese sentido, los constantes asedios sin respetar el cuadro de salud de la trabajadora, ha llevado en estos meses a una relación tirante.
Marta Quintana, asegura que es hostigada desde hace seis meses por parte de su jefe y radicó una denuncia.
Por eso, las cámaras captan cuando aparece el hijo de Quintana y agrede al capataz. El hostigamiento viene desde hace tiempo. Por otro lado, la víctima y otros empleados sabían que Aguilar llevaba una pistola en la riñonera, por eso en los videos registrados por testigos se puede oír que la mujer a gritos pide que se le saque el arma, algo que luego se comprobó con el arribo de los policías: tenía una pistola Bersa Thunder 380 y hoy tendrá que explicar qué hacía con una pistola en el trabajo y en la calle.
NORTE pudo saber de fuentes judiciales que el hombre tenía el permiso vencido y no cuenta con la habilitación para portación, por lo que fue el motivo principal que llevó a la fiscal a ordenar que permanezca detenido y citarlo para declaración de imputado. Por otro lado, también el Ministerio Público dispuso se entregue un botón de pánico para la víctima y para el hijo, dispositivo que le fue cedido el mismo viernes de manera inmediata.
EL REPUDIO Y LA PREOCUPACIÓN EN EL MUNCIPIO
El violento episodio que deberá dilucidarse que fue lo que pasó, obligó a las autoridades municipales a repudiarlo y garantizar la integridad de los trabajadores. Fue el subsecretario de Servicios, Luís Alonso, quien dejó en claro que el gobierno municipal impulsa una política de erradicación definitiva de todas las violencias en todos los ámbitos de la municipalidad.
‘Yo pensé que era una cuestión superada, que habíamos superado viejas prácticas a partir de la revalorización y jerarquización; a partir también de generar las mejores condiciones para todos los compañeros trabajadores y en muchos casos dando la oportunidad de que cada uno elija el lugar donde quería desempeñar su tarea con el fin de aportar a una armonía que termine significando una mejor prestación de los servicios‘, reconoció.